Saludable advertencia(no digan que no se los dije):
Este lugar es uno de los lugares más peligrosos de la galaxia espiral Vía Láctea(albergadora de un raro y precioso planeta). El Club Bilderberg, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Partido Revolucionario Institucional, la OEA, la OTAN, y otras organizaciones prehistóricas, advierten que visitar este lugar es visitar las entrañas de la subversión, el manantial de los anacronismos, la alcoba de un demonio de demonios.
El Vaticano debe enviar exorcistas con sus más finos y milenarios mensajes de falso amor. Monsanto debe esparcir sus neuroncidas para eliminar todo axón y dendrita hasta la raíz. La British Petroleum debe regar sin deliberación toneladas de sacrosantos petróleos. El gobierno de las Empresas y Bancos Unidos de Asesinamérica(United States of America), debe enviar poderosos drones con bombas más criminales que las que soltó en Hiroshima y Nagasaki.

martes, 17 de enero de 2012

Con las mismas manos de acariciarte...

Con las mismas manos de acariciarte estoy construyendo una escuela.

Llegué casi al amanecer, con las que pensé que serían ropas de trabajo,
Pero los hombres y los muchachos que, en sus harapos esperaban
Todavía me dijeron señor.
Están en un caserón a medio derruir,
Con unos cuantos catres y palos: allí pasan las noches
Ahora, en vez de dormir bajo los puentes o en los portales.
Uno sabe leer, y lo mandaron a buscar cuando
supieron que yo tenía biblioteca.
(Es alto, luminoso, y usa una barbita en el insolente rostro mulato.)
Pasé por el que será el comedor escolar, hoy sólo señalado por una zapata
Sobre la cual mi amigo traza con su dedo en el aire ventanales y puertas.
Atrás estaban las piedras, y un grupo de muchachos
Las trasladaban en veloces carretillas. Yo pedí una
Y me eché a aprender el trabajo elemental de los hombres elementales.
Luego tuve mi primera pala y tomé el agua silvestre de los trabajadores,
Y, fatigado, pensé en ti, en aquella vez
Que estuviste recogiendo una cosecha hasta que la vista se te nublaba
Como ahora a mí,
¡Qué lejos estábamos de las cosas verdaderas,
Amor, qué lejos -como uno de otro!
La conversación y el almuerzo
Fueron merecidos, y la amistad del pastor
Hasta hubo una pareja de enamorados
Que se ruborizaban cuando los señalábamos, riendo,
Fumando, después del café.
No hay momento
En que no piense en ti.
Hoy quizás más,
Y mientras ayude a construir esta escuela
Con las mismas manos de acariciarte.


Roberto Fernández Retamar

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